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Universo - Nebulosas

las nebulosas son formaciones de gas y polvo cósmico que hay esparcido por el firmamento. La mayoría de las nebulosas, sobre todo las más grandes, reciben su luz de las estrellas a las que envuelven, es decir, no tienen brillo propio sino que lo adquieren cuando interceptan la luminosidad de las estrellas.

NEBULOSAS DE EMISIÓN

Son las más resplandecientes, debido a la energía que desprenden las estrellas en su interior. Aunque con cielo oscuro un telescopio de 25 cm o más de diámetro revelará el brillante gas y permitirá ver sus colores rojos y verdes en algunas nebulosas, sólo las fotografías de larga exposición revelarán la auténtica gama cromática, especialmente el rojo vivo, característico del gas de hidrógeno. La nebulosa más fácilmente visible es la  Gran Nebulosa (M42), en la constelación de Orión. Si el cielo está oscuro, se puede ver a simple vista una pequeña  mancha, e incluso desde una ciudad se puede observar con prismáticos como una nube borrosa. Cuanto más potente sea el telescopio, más nítida será la imagen.

NEBULOSAS DE REFLEXIÓN

Como su nombre indica, están iluminadas por el reflejo de la luz de las estrellas cercanas. Las Pléyades, están rodeadas por una aureola azul de una nebulosa de reflexión. Aunque invisible sin telescopio, en una noche clara se puede ver con un pequeño telescopio la tenue nubosidad cercana a la estrella Merope (en las Pleyades). (M20) en la constelación de Sagitario, muestra una emisión de color rojo y zonas azules de reflexión, además de las líneas oscuras cuya forma le dan su nombre "La Nebulosa Trifida".

NEBULOSAS OSCURAS

Hace más de dos siglos, William Herschel, descubridor de Urano y uno de los astrónomos más notables, observó un nueva clase de formaciones celestes. Su hijo, John Herschel, estudió en lo más profundo del cielo meridional, justo al lado de la Cruz del Sur, una región de una oscuridad tan profunda que ahora recibe el nombre de Saco de Carbón. Los Herschel habían encontrado las nebulosas oscuras, nubes espesas de gas y polvo, sin estrellas cercanas que iluminar, que ocultan otros elementos. Generalmente, pueden verse en contraste con las estrellas de la Vía Láctea o con el gas brillante de otros tipos de nebulosas. La Nebulosa Cono, de la familia de las oscuras, cuya silueta se perfila en emisiones brillantes, es espectacular, pero difícil de distinguir con pequeños telescopios. una de las más conocidas es la famosa cabeza de Caballo (IC434) en Orión. Los telescopios infrarrojos a menudo revelan la prescencia de nuevas estrellas dentro de las nubes oscuras.

NEBULOSAS PLANETARIAS

La mayoría de nebulosas, juegan el papel de "cuna de estrellas". Pero no todas son así. Cuando una estrella como el Sol se convierte en una gigante roja, entra en una breve fase en la que expulsa sus capas exteriores, las cuales se revelan como un fino aro de gas a su alrededor. Aunque los astrónomos del siglo XIX observaron que algunas tenían la forma y el color de los planetas Urano y Neptuno, por lo que las llamaron nebulosas planetarias, ahora sabemos que estas nebulosas no tienen nada que ver con los planetas. La nebulosa Anillo (M57), en Lira, es la más conocida. Mediante un pequeño telescopio se puede ver como una estrella desenfocada, mientras que con uno de 74 mm o más parece un anillo difuminado.  Otra nebulosa muy conocida es la Dumbbell (M27).

RESTOS DE SUPERNOVA

Una estrella que tenga una densidad considerablemente mayor que la del Sol muere de forma más violenta (en una explosión de supernova) y el gas expulsado arrastra y junta otros gases del medio interestelar formando un resto de supernova. La más famosa es la nebulosa del cangrejo (M1), en Tauro, que aparece como un resplandor de forma ovalada en telescopios pequeños. Explotó hace unos 1.000 años, y las fotografías tomadas muestran que todavía está dilatándose. Otra muy conocida es la nebulosa del Velo, una explosión ocurrida hace unos 10.000 años. Es posible que la explosión que originó esta nebulosa fuese lo suficientemente intensa como para ser vista a simple vista durante el día.

 

OBSERVACIÓN DE NEBULOSAS

Cualquier telescopio de 10 a 15 cm de alcance puede mostrar nebulosas en cielos oscuros y despejados, pero la captación de luz de telescopios mayores es una ventaja evidente cuando se buscan nebulosas menos sustanciales. Una vez localizada una nebulosa, incremente el aumento para conseguir un mayor contraste hasta que la imagen empiece a degradarse. Puede ser muy útil poner filtros de banda estrecha de reducción de la contaminación de la luz, incluso en cielos oscuros.

 

 

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