Técnicas - Accesorios - Oculares
En
el telescopio que el observador posee, el ocular cumple la función de
una lupa, con la cual se examina la imagen proveniente del objetivo,
sea este un conjunto de lentes o espejos.
Todo telescopio se provee con un juego de oculares, generalmente dos
de éstos, que combinan los dos tipos de observación más usados; de gran
campo y planetaria. Normalmente los oculares llevan impreso unas letras
y un número, la letra describe el tipo de ocular, y el número corresponde
a la distancia focal de éste. Cuanto menor es la distancia focal del
ocular, mayor será la magnificación de la imagen obtenida, y cuanto
mayor es la distancia focal de este, menores serán los aumentos y más
grande será el campo de visión.
AUMENTOS Y AGUDEZA VISUAL
Llamamos aumentos, (X) a la cantidad de
veces que vemos el tamaño de los objetos ampliadas, también podríamos
decir que tenemos la sensación de ver tantas veces más cerca esos objetos,
lo cual resulta más gráfico a la hora de explicar cuando invitamos a
observar por nuestro telescopio, en especial con la Luna y los planetas,
acerca de la cantidad de aumentos empleados. Para tener en cuenta esto,
se puede ejemplificar la Luna con 100X; como nuestro satélite se encuentra
aproximadamente a unos 360.000 km, la sensación de observarla cien veces
más cerca (a sólo 3.600 km.) es la mejor descripción, superando el tamaño
de ésta el campo visual del ocular.
Para calcular los aumentos que vamos a utilizar, basta con dividir la
distancia focal del telescopio sobre la distancia focal del ocular,
esto permitirá conocer con anterioridad qué ocular nos será conveniente
colocar en el telescopio.
Cada condición de observación y cada tipo de objeto a observar requiere
la utilización de una determinada cantidad de aumentos. El tamaño angular
de los objetos debe ser tomado en cuenta al igual que su brillo, su
altura respecto del horizonte y las condiciones bajo las cuales se observa.
Un ejemplo clásico para determinar cl efecto logrado por los aumentos
utilizados, es cuando se observa Júpiter. La imagen de este planeta
subtiende con nuestro ojo un ángulo de aproximadamente 42seg. de arco,
éste ángulo conforma lo que llamamos "diámetro aparente".
Como nuestros ojos tienen un límite de resolución angular (agudeza visual
mínima) de un minuto de arco, no podremos definir la forma de un objeto
de un diámetro aparente menor o similar a dicho ángulo. Necesitamos
un diámetro aparente de al menos unos 5 minutos para poder percibir
la forma de un objeto, y al menos 10 minutos para poder observar algún
detalle en su interior.
Bastan solo 36X (un ocular de 25mm puesto en un telescopio de 900mm
de distancia focal) para poder ver a Júpiter con un diámetro aparente
de 25 minutos, algo menor al de la Luna a simple vista. Así conoceremos
cuantos aumentos utilizar de acuerdo al diámetro aparente de un objeto
en el cielo, en especial en el caso de los planetas. Existen en la práctica
otros factores que inciden en la cantidad de aumentos a utilizar así
como también diferentes tipos de oculares.
ABERRACIONES
Existen factores que hacen que la cantidad
de aumentos a lograr a través de un telescopio se limiten hasta un determinado
número, por que la calidad de la imagen comienza a decaer. Quizás se
nos ha ocurrido, por ejemplo observando a Júpiter, que lo vemos nítidamente
a 50 X, pero al cambiar el ocular para obtener más aumentos, nos encontramos
que si bien el tamaño aparente de este planeta aumentó, la imagen se
torna borrosa e indescifrable. Por esto, es útil conocer con antelación
que oculares vamos a elegir para nuestra observación, en primer lugar
tendremos en cuenta el diámetro del objetivo de nuestro telescopio,
un parámetro que incide en forma directa en el poder resolutivo del
aparato
LA MANCHA DE DIFRACCIÓN
Tomemos una estrella como objeto puntual,
por hallarse a una distancia para la cual el diámetro de esta forma
para el observador un ángulo absolutamente despreciable. De esto se
desprende el concepto de un objeto puntual, el cual para los libros
de física elemental, forma a través de una lente convergente o reflejado
en un espejo cóncavo, una imagen puntual. Esto, en la práctica no es
así, ya que esa imagen no será un punto, sino una pequeño disco que
llamamos mancha de difracción, por formarse a causa de dicho fenómeno
físico.
El efecto que causa este fenómeno en el caso de los objetivos astronómicos
es debido al traspaso de un frente de onda plano, proveniente del espacio,
a uno esférico que se concentrará en el foco de dicho objetivo, este
desdoblamiento genera un pequeño desfasaje en cada haz luminoso que
no permite un enfoque en un solo punto.
En un telescopio, el diámetro de la mancha de difracción depende fundamentalmente
del diámetro del objetivo del telescopio, cuanto mayor es éste, menor
es el tamaño de la mancha y mayor será el poder resolutivo del instrumento
que se utiliza para la observación.
Para explicar rápidamente lo que significa poder resolutivo de un telescopio
basta con remitirse a los pixeles que conforman una imagen en una videocámara
o una imagen digital, cuanto mayor cantidad y más pequeños sean estos,
más nítida será la imagen obtenida. Si las manchas de difracción son
más pequeñas tienden a dejar un espacio mayor entre ellas, y resolver
con más facilidad ángulos pequeños.
De esta manera, se ejemplifica para un telescopio con un objetivo de
200mm una mancha de difracci6n de unos 8 micrones (cada micrón es una
milésima parte de un milímetro), pudiéndose, en la teoría, resolver
dos objetos separados por unos 0,7 segundos de arco (la tres mil seiscientas
avas partes de un grado).
Sabiendo que el diámetro limita el aumenta máximo posible para un telescopio,
existe una forma práctica de averiguarlo, simplemente multiplicar el
diámetro en milímetros por 2,3 para luego obtener el número lógico de
aumentos para un determinado tamaño de telescopio, sin entrar en imágenes
indescifrables.
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Aspecto de una mancha de difracción
formada por un objeto puntual. El anillo circundante puede estar
acompañado por otros, aunque lo ideal es que estos no aparezcan
y se concentre toda la luz en la mancha central. |
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En este gráfico se
aprecia la distribución de la luz en la mancha de difracción de
la figura 1, el pico máximo corresponde a la mancha, mientras
que los mínimos, al anillo circundante. |
LA CALIDAD ÓPTICA Y MECANICA
Estos factores son los que se deben tener
en cuenta al adquirir un telescopio, ya que luego será tarde para lograr
mejorías en la imagen y en la estabilidad mecánica del aparato, y las
limitaciones serán importantes. Enumeramos las fallas ópticas y mecánicas
más comunes y que más inciden en la calidad de observación:
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Aberración Cromática: este tipo de defecto
se suele encontrar en telescopios refractores de escasa calidad.
Es fácil descubrir este tipo de defecto ya que se presenta en imágenes
con colores del arcoiris y con poca nitidez.
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Aberración longitudinal ó esférica:
Aparece tanto en refractores como en reflectores, haciéndose más
evidente en estos últimos, y se debe a que muchos telescopios en
el mercado no cuentan con el espejo principal debidamente parabolizado,
y éste no permite focalizar todos los rayos en un mismo foco, sino
que lo hacen a lo largo de un tramo sobre el eje óptico. En la práctica
notamos este defecto cuando no encontramos un foco bien establecido
al mover el tubo de enfoque. (ver figura)
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Astigmatismo: Se debe a errores de "rotación"
en las superficies ópticas, y se manifiesta encontrando las imágenes
de las estrellas con una especie de "cola similar a un cometa.
También aparece este defecto cuando existen errores de centrado
óptico y cuando las piezas ópticas están montadas incorrectamente
sobre sus monturas mecánicas (celdas), ópticas están incorrectamente
montadas en sus soportes mecánicos (celdas), generando tensiones
mecánicas que se traducen en deformaciones de las superficies ópticas.
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Inestabilidad Mecánica: En un telescopio
los movimientos indeseados dificultan la posibilidad de utilizar
un mayor número de aumentos, ya que al aumentar estos cualquier
movimiento angular se hace más evidente. Las causas son fallas mecánicas
debidas a errores de construcción del trípode o de la montura, tanto
sea altazimutal o ecuatorial, siendo los más comunes juegos en los
ejes, ajustes deficientes, engranajes defectuosos, etc.
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Se aconsejan en los casos mencionados no
utilizar más de 30X, para poder percibir la imagen lo mejor posible.
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La aberración longitudinal o esférica
se debe a que una superficie reflectante cóncava esférica no concentra
todos los rayos en un punto, sinó a través de una línea (entre A
y B en el gráfico). De esta manera no se encuentra un foco definido.
Para resolver esto, los buenos espejos astronómicos tienen su superficie
una muy leve forma parabólica que permite reducir al mínimo este
defecto. |
LAS CONDICIONES DE OBSERVACIÓN
La atmósfera incide en gran parte sobre
la calidad de las imágenes obtenidas, ya que los rayos provenientes
del espacio que realizan todo su trayecto en el vacío se topan de repente
en un ambiente mucho más denso y en constante movimiento. Imaginemos
un frente de onda proveniente de una estrella, debido a que esta se
encuentra a una distancia muy grande, su emisión de luz que sale en
forma esférica concéntrica llega en forma plana, este frente de onda
se resquebraja al ir entrando en las distintas capas atmosféricas y
es así como vemos repetidas veces una imagen inquieta y multicolor de
una estrella brillante, y un emborronamiento cambiante en el caso de
los planetas. La distorsión que causa el movimiento del aire a distintas
temperaturas y alturas se hace más evidente en las grandes ciudades,
donde también influye el desprendimiento de calor de las grandes masas
de hormigón y asfalto (ver Él Observador número 2, Noviembre/Diciembre
de 1996}, condiciones que mejoran al alejarnos de los grandes centros
urbanos. Los vientos de altura también inciden en la observación, limitando
la cantidad de aumentos que se utilizan y haciendo estragos en las imágenes
planetarias. No pasar el 50 X y elegir imágenes de cielo profundo es
una buena táctica para no ser influenciados par éste fenómeno. Por ultimo,
se sabe que un telescopio con mayor diámetro "promedia" los
desvíos provocados por la atmósfera en el frente de onda, siempre y
cuando se cuente con un equipo de buena calidad.
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Los aumentos en la práctica. Esta
foto muestra parte de la superficie lunar con el aspecto que la
observamos con unos 36 X, (Ej.; un telescopio de 114 mm con 900
mm de focal usando un ocular de 25 mm), aumentos ideales para observar
sin complicaciones detalles en cráteres de menor tamaño.(Foto: Daniel
Osanai) |
DIFERENTES TIPOS DE OCULARES
Los oculares se dividen en distintos diseños
y estos tienen diferentes prestaciones y calidades, existiendo gran
variedad de tipos disponibles. Los oculares de gran campo son aquellos
que abarcan un campo mayor a 50 grados, y son muy útiles en la observación
de objetos de cielo de fondo, Ej: Plössl de 25 mm. También existen oculares
que logran buenos aumentos sin perder campo como los SMAC, que son diseños
híbridos con excelentes resultados. Buscar luminosidad y un buen campo
aparente en un ocular que vamos a adquirir es de suma utilidad.
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