Hasta
hace algunos años un aficionado de la astronomía, no podía
ni soñar con tener un telescopio con las características
de los telescopios que se encuentran en los grandes observatorios.
Podíamos contar con un buen refractor o reflector, con muy buena calidad,
pero limitado en apertura, diámetro del espejo y desde ya, con una montura
ecuatorial clásica.
Los avances que se han logrado, en calidad óptica, monturas robotizadas,
cámaras digitales CCD y controladores computarizados, finalmente ha llegado
a las manos de los astrónomos amateur.
Por ello, ahora nos encontramos con la posibilidad de ver pequeños
observatorios, ya sea personales, de instituciones privadas y educacionales,
clubes, hoteles, etc.
Gracias a la Internet, se han formado clubes y los organismos
de aficionados que están interconectados y persiguen objetivos
comunes, como búsquedas de asteroides, cometas, supernovas, cuando
esta tarea era solamente realizada por profesionales en los grandes
observatorios.
Para los aficionados, nos brinda una gran oportunidad de colaborar
con los profesionales y cumplir con el dicho de que mil ojos ven
más que uno.
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